miércoles, 3 de noviembre de 2010

Cuando me pasan cosas malas, escribo

Cuando me reprimo, escribo
cuando me dan ganas de llorar y no puedo, escribo
cuando estoy harta a veces, escribo
en definitiva cuando me pasan cosas malas, escribo.

Y es algo que tengo que remediar, pero de momento ahí estoy.

Hablaré de impotencia. La que tengo ahora mismo, la que me ha entrado en el autobús, la que te callas por no liarla más... la que sientes tanto y nadie siente. Cuando alguien te machaca con palabras y te defiendes con lo tuyo, cuando sientes que él habla más fuerte pero tú más bajito, cuando por no formar "la de Dios" te callas... asientes, te comportas en definitiva.

Cuando sin quererlo notas tus ojos llenos de agua a punto de estallar y tus piernas nada más que quieren huír del lugar. Nada más que huír. Y piensas, ¿qué habré hecho mal? Yo solo quiero vivir... sólo defendía a una persona, indefensa, que ni siquiera estaba en el hecho crítico del asunto. Gotas y más gotas. Y al mismo tiempo esa persona no sabe que estás luchando por ella. Pero qué mas da. Da todo igual. No importa.

No sólo es la persona. Es mi forma de vivir, mi alegría, mis obsesiones, MIS COSAS. Nadie entiende que soy así, nadie entiende que me gusta hacerlo así, nadie entiende que sin nadie no se puede vivir.

Personas y personas, comentarios y comentarios que te llegan. Que te hunden. Y todo por nada. Absolutamente nada. Todo por nada.

Cuidaré mejor mis palabras, callaré más, escribiré más.

La palabra es la mejor arma.

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